el surgimiento de los ordenadores propició el origen de la plataforma abierta donde intercambiaban documentos estructurados de forma fiable y universal.
Los ordenadores estaban vinculados entre sí para almacenar la información entre las universidades, organizaciones de defensa y sitios gubernamentales pero, no contaban con un estándar común con el que comunicarse, la información no pasaba entre sistemas diferentes.
La conexión entre sistemas y la transferencia de documentos o datos constituían un problema.
En este contexto, a finales de los años 60 nació la ARPAnet(Advanced Research Projects Agency) que puso a disposición de los científicos una red análoga llamada NSFnet, creada por la NSF(National Science Foundation).
Esta red permitió la comunicación entre muchas universidades y desarrolló un nuevo sistema de comunicación para desarrollar protocolos llamado “conmutación de paquetes”.
La idea consistía en que si un determinado nodo se perdía por un posible ataque enemigo, la información no se vería afectada, sino que encontraría la forma de llegar a su destino.
En este sistema los mensajes de datos eran transmitidos en diferentes paquetes, cada uno de ellos con la información sobre el control de errores.
Estos paquetes podían tomar diferentes caminos en dependencia de la saturación de la red, y rehacerse al llegar al destino. Así comenzaron a crecer las redes.
Esa red de transmisión de datos tenía en principio objetivos estrictamente militares, encaminados a mantener la comunicación a cualquier precio en caso de un ataque nuclear. Su creación atrajo de inmediato la atención de los profesionales del mundo entero.
En la década de los 70 apareció el Protocolo de Control de Transmisión/Protocolo de Internet (TCP/IP), en el que basaban los servicios de Internet y los mensajes de correo electrónico.
En 1989 desde el CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire, Organización Europea para la Investigación Nuclear) con sede en Suiza, Berners-Lee presentó un software basado en protocolos que permitían visualizar la información utilizando el hipertexto.
Estos avances cambiaron de lo que podía realizarse en una red de ordenadores, extendiendo su alcance a límites hasta ese momento desconocidos.
Con esta especie de pseudolenguaje era posible incrustar objetos, como imágenes y videos, así como referencias en forma de vínculos; los muy conocidos links, a través de los cuales es posible visualizar y acceder a otros documentos, no sólo del propio ordenador, sino también de ordenadores remotos, e incluso generados y almacenados en plataformas diferentes.
Estas especificaciones se extendieron rápidamente entre los profesionales y entre los años 1991 a 1994, la carga en el primer servidor Web info.cern.ch aumentó diez veces cada año.
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